La ciencia española en crisis
- Carlos Cano
- 21 dic 2017
- 2 Min. de lectura
La inversión en I+D+i se ha reducido más de un 9% en los últimos años, mientras nuestros vecinos europeos invierten en ciencia para superar la crisis económica. Esta situación está provocando el colapso en numerosos centros de investigación por toda la geografía española.
Recientemente Sixto Malato, ha dimitido de su cargo como director de la Plataforma Solar de Almería (PSA), el mayor centro de investigación de energía solar de concentración del continente. Actualmente la PSA atraviesa una situación dramática, en la que 12 investigadores pueden acabar en la calle a finales de año y no se podrá contratar a otros cinco, lo que supondría la pérdida del 30% de la plantilla. El presupuesto de este centro es de aproximadamente 6 millones de euros, aunque Europa lo financia con 15 millones para desarrollar diferentes proyectos de investigación. Desde hace año y medio el Gobierno ha retenido parte de los fondos con el objetivo de contener el déficit y los investigadores no pueden utilizar ese dinero para sus proyectos.

Pero este, por desgracia, no es un ejemplo aislado. El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) estuvo a punto de perder 30 empleados en los últimos tres años, y en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) peligraban 66 puestos. La apuesta que prometió el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por la investigación, el desarrollo y la innovación está en punto muerto. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) la inversión se ha reducido en más de un 9% entre 2009 y 2016. Entre 2011 y 2013 el Gobierno del Partido Popular llegó a recortar la financiación en casi un 30%. Mientras tanto, nuestros vecinos apuestan por la ciencia. El Reino Unido ha incrementado la inversión más de un 39%, y la media de la Unión supera el 27% de incremento. Por esta razón, según una reciente encuesta realizada a más de 200 científicos españoles en el Reino Unido, el 60% preferiría buscar trabajo en otro país de la UE antes que volver a España.
A pesar de estos datos negativos, queda lugar para la esperanza. En los últimos tiempos la producción científica española ha crecido y ya somos la octava potencia científica mundial, según Scimago. Esto es posible gracias a que los investigadores nacionales están recurriendo a recursos en el extranjero, reduciendo así el efecto de los recortes. Las colaboraciones con otros países han pasado del 32 al 45% entre 2003 y 2015.
De momento seguimos esperando el Pacto de Estado por la Ciencia que anunció Luis de Guindos en enero de este año, con el que emplazar a España "al nivel de los países del entorno en esta materia" y alcanzar una inversión del 2% del PIB en 2020.
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