Aceite de palma: perjudicial para tu salud y la salud del planeta
- Carlos Cano
- 1 dic 2017
- 3 Min. de lectura
Oro líquido para la industria y enemigo fatal para aquel que lo consume y para los bosques tropicales, el aceite de palma está en boca de todos. Éstos son los motivos que te harán mirar dos veces la etiqueta de los productos que compras habitualmente en el supermercado.

Hasta diez veces más aceite vegetal es capaz de producir la palma (Elaeis guineensis) que la soja o el girasol en el mismo espacio de terreno cultivado. Este motivo ha provocado su expansión a nivel mundial en los últimos años. Según un informe de World Wild Life (WWF), uno de cada dos productos del supermercado lo contiene. Es habitual encontrarlo en la margarina, en los cereales, en el chocolate, en las patatas fritas, en la bollería, los platos preparados, en los jabones, en los cosméticos, etc. Algunas de las empresas del sector alimentario que emplean más frecuentemente este aceite son Unilever, Nestlé, Kellogg’s, Burger King, McDonalds, Starbucks o Ferrero. Además, su uso como biocombustible ha provocado un aumento significativo en su producción. En muchas ocasiones, los consumidores no son conscientes de que compran productos con este aceite debido al mal etiquetado de los mismos. Muchas marcas lo citan con un genérico "grasa vegetal" o "aceite vegetal". Además de no ser un producto saludable, genera daños irreparables sobre el medio ambiente.
El principal argumento para evitar el consumo del aceite de palma ha sido siempre su perfil lipídico, pues es una grasa eminentemente rica en ácidos grasos saturados, directamente relacionados con la proliferación de enfermedades metabólicas como la diabetes. Organismos tan destacados como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la OMS, las Guías Dietéticas para Norteamericanos y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), recomiendan evitar los alimentos portadores de grasas saturadas. Pero no contentos con eso, la EFSA publicó un informe en 2016 titulado "Contaminantes presentes en los aceites vegetales fruto de su procesamiento" en el que se destacaba el carácter genotóxico y carcinogénico de unos compuestos que se originan por el tratamiento de los aceites vegetales a altas temperaturas (>200ºC), proceso muy habitual que se lleva a cabo con el aceite de palma.

El cultivo de este aceite genera además gravísimos daños al medio ambiente. La expansión de las plantaciones de palma provoca un aumento de la deforestación. Según WWF, es más rentable sustituir los bosques tropicales que plantar la palma en áreas degradadas. Entre 1990 y 2005, más del 55% de la expansión de este cultivo se llevó a cabo a costa de bosques tropicales en Malasia e Indonesia, principales productores de este aceite con el 80% del total, llegándose a crear de forma ilegal plantaciones en áreas naturales protegidas.
Es también un problema para la biodiversidad, pues estos cultivos desplazan a gran cantidad de especies que habitaban los bosques provocando su desaparición. Un caso paradigmático es el del orangután. En 1900 había unos 315.000; en la actualidad menos de 50.000, aislados en pequeños grupos que podrían extinguirse en una década. Pero no es la única especie emblemática afectada: tigres, rinocerontes, elefantes, tapires u osos, sin olvidar el resto de especies de insectos, aves, plantas o microorganismos, corren un grave peligro de extinción a causa de la destrucción de su hábitat, acelerada en gran medida por la proliferación de los cultivos de palma.
A la pérdida de la masa forestal se vinculan también problemas como el incremento del cambio climático y de la contaminación del aire. Los bosques tropicales actúan como sumideros de CO2, uno de los más importantes gases de efecto invernadero. Con la quema de estos ecosistemas para el cultivo de la palma, no sólo se destruye este pulmón del planeta, si no que además se liberan ingentes cantidades de dióxido de carbono. De hecho, los incendios se convirtieron entre 1997 y 2002 en la principal causa de contaminación del aire en Indonesia y Malasia, con los problemas para la salud de sus habitantes que ello acarrea. El humo fue tan denso que algunos aeropuertos tuvieron que cerrar sus puertas durante algunos días. Además de todos los impactos ya citados, el cultivo de palma provoca erosión y empobrecimiento del suelo, contaminación de aguas por el uso de pesticidas y abonos industriales, así como gravísimos conflictos con las comunidades indígenas locales.
Si todavía te quedan interrogantes sobre el aceite de palma, en internet puedes encontrar las respuestas a tus preguntas. Te recomiendo la web Carro de combate para que continúes informándote acerca de un problema que afecta a tu salud y a la salud del planeta, y que puede mitigarse con un simple gesto: leyendo la etiqueta de todo aquello que compras en el supermercado.
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